Mamíferos Mexicanos en Peligro de
Extinción.
Nombre: Alma Stephany Tapia
Silva.
Matricula: AS152680487.
Nombre de
la institución: UNADMEXICO.
Asignatura: Etapa 4. Curso propedéutico para el aprendizaje
autogestivo en un ambiente virtual.
Fecha de
elaboración: 10/06/2015.
INTRODUCCIÓN:
Los mamíferos sobrevivieron a 2 extinciones masivas que acabaron con gran
parte de las especies del planeta. Su origen fue hace 205 millones de años y su
fin será dentro de millones de años más probablemente. Pero, algunos
científicos, creen que se extinguirán en una extinción masiva del futuro, pero
para ese entonces debido a lo poco exitosos que ahora son la mayoría de los
mamíferos, solo habrá pocas o incluso una sola especie.
México
es uno de los pocos países que cuenta con una diversidad biológica abundante.
En él se encuentra alrededor del 10 por ciento de las especies que habitan en
el planeta y de ellas la mitad son endémicas, es decir, sólo habitan en una
zona determinada.
DESARROLLO:
Los
mamíferos son una clase de vertebrados emparentados con los antiguos reptiles
parecidos a mamíferos. Hoy en día, muchas especies se encuentran en peligro y
debido a ello la mayoría de mamíferos se extinguirá quizás dentro de unos 100
años. Los que tienen más éxito son los domésticos y los roedores.
Una
especie se considera en peligro crítico
de extinción cuando, tras ser evaluada por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es
clasificada en esta categoría e incluida en su Lista Roja por determinarse que enfrenta un
gran riesgo extremadamente alto de extinción en
estado silvestre.
Esta
categoría incluye las especies que han mostrado una fuerte caída de entre un 80
% y un 90 % de su población en los últimos 10 años o 3 generaciones,
fluctuaciones, disminución o fragmentación en su rango de distribución
geográfica, o una población estimada siempre menor que 250 individuos maduros.[]
Esto se debe a la gran devastación
que hemos hecho de bosques, selvas, desiertos, arroyos, playas, mares,
etcétera, en los que, aún sin intención, hemos destruido los hábitats de un
gran número de especies.
Desafortunadamente,
cada vez son más las especies consideradas en peligro de extinción, debido a la
destrucción de su hábitat.
Entre los
mamíferos en peligro de extinción destacan:
El oso hormiguero, brazo
fuerte, chupamiel (Tamandua mexicana), que vive en las zonas
tropicales desde Michoacán en la vertiente del Pacífico y la Huasteca potosina
en la vertiente del golfo hasta Chiapas y la península de Yucatán. Habita los
bosques tropicales y mesófilo de montaña, y los manglares.
El armadillo de cola desnuda (Cabassous
centralis), que se encuentra exclusivamente en las zonas de acahuales
y pastizales de la Selva Lacandona de Chiapas.
El multicitado jaguar (Panthera
onca), que habita en los planos costeros y en las áreas montañosas a
lo largo de ambas vertientes desde el sur de Sinaloa y el centro de Tamaulipas
hacia el sur y el sureste por el istmo de Tehuantepec hasta la
península de Yucatán. Se puede hallar en manglares, el matorral xerófilo y en
los bosques tropical, mesófilo de montaña, espinoso, y el de coníferas y
encinos.
El manatí (Trichechus
manatus), que se encuentra en los estados de Tamaulipas, Veracruz,
Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. Vive en ríos, arroyos,
lagunas, cenotes costeros y marinos, caletas y bahías adyacentes al mar.
El mono araña (Ateles
geoffroyi), que puede ubicarse en los bosques tropicales, selvas altas
y medianas de Veracruz, los manglares de Chiapas, en las zonas de selva baja y
en los petenes en Yucatán.
El saraguato (Aloutta
pigra), que habita desde la península de Yucatán hasta Belice y
Guatemala; vive en el bosque tropical perennifolio, incluye selvas lluviosas,
bosques de galería y bosques mesófilos.
El mono aullador (Aloutta palliata), que habita en México desde Los Tuxtlas, en Veracruz,
hasta la Sierra de Santa Marta en Chiapas y cerca de Juchitán,
Oaxaca.
El ocelote (Leopardus
pardalis), distribuido a lo largo de las planicies costeras del
Pacífico y del Golfo de México, desde el estado de Sinaloa y Tamaulipas hacia
el sur, incluso en la península de Yucatán.
El perro llanero mexicano o perrito de la pradera (Cynomys mexicanus), una especie
endémica correspondiente a una pequeña región de valles y pastizales de la
montaña ubicada entre los límites de los estados de Coahuila, Nuevo León, San
Luis Potosí y Zacatecas.
El teporingo (Romerolagus diazi), correspondiente a una especie endémica sólo localizada en las laderas de
las montañas del sur y sureste del Valle de México y en el Nevado de Toluca.
Habita bosques y zacatonales subalpinos y alpinos a los 3 000 mil a 4 300 m de
altura.
El tigrillo (Leopardus
wiedii), que se distribuye en las zonas costeras del Pacífico y del
Golfo de México desde Sinaloa y Tamaulipas hacia el sur y en la península de
Yucatán. Se localiza en el bosque tropical, en manglares y en el mesófilo.
La vaquita marina (Phocoena
sinus), endémica de México, vive en el Golfo de California.
Entre las aves están el águila arpía (Harpia harpyja), el
águila cabeza blanca (Haliaeetus leucocephalus), la grulla blanca (Grus
americana), la chara garganta blanca (Cyanolyca mirabilis), la cigüeña jabirú
(Kabiru mycteria), la cotorra serrana occidental (Rhynchopsitta pachyrhyncha),
la guacamaya roja (Ara macao), la guacamaya verde (Ara militaris), el halcón
peregrino (Falco peregrinus), el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix), el
pato realel (Cairina moschata), pavón (Oreophasis derbianus) y el quetzal
(Pharomachrus mocinno).
Las tortugas, por su lado, enfrentan en las playas mexicanas todo tipo de riesgos que las llevan a la orilla de la extinción. Entre ellas se encuentran la tortuga marina cauama (Caretta caretta); la tortuga marina verde del Pacífico o tortuga prieta (Chelonia agassizi); la tortuga marina verde del Atlántico o tortuga blanca (Chelonia mydas); la tortuga almizclera chopontil (Claudius angustatus); la tortuga riverina centroamericana o tortuga blanca (Dermatemys mawii); la tortuga marina laúd (Dermochelys coriasea); la tortuga marina de carey (Eretmochelys imbricata); la galápago de Mapimí (Gopherus flavomarginatus); la tortuga marina escamosa del Atlántico o tortuga lora (Lepidochelys kempi); y la tortuga golfina escamosa del Pacífico (Lepidochelys olivacea).
Las tortugas, por su lado, enfrentan en las playas mexicanas todo tipo de riesgos que las llevan a la orilla de la extinción. Entre ellas se encuentran la tortuga marina cauama (Caretta caretta); la tortuga marina verde del Pacífico o tortuga prieta (Chelonia agassizi); la tortuga marina verde del Atlántico o tortuga blanca (Chelonia mydas); la tortuga almizclera chopontil (Claudius angustatus); la tortuga riverina centroamericana o tortuga blanca (Dermatemys mawii); la tortuga marina laúd (Dermochelys coriasea); la tortuga marina de carey (Eretmochelys imbricata); la galápago de Mapimí (Gopherus flavomarginatus); la tortuga marina escamosa del Atlántico o tortuga lora (Lepidochelys kempi); y la tortuga golfina escamosa del Pacífico (Lepidochelys olivacea).
Por
desgracia, las actividades humanas no son compatibles con la vida salvaje y son
las que más amenazan a la fauna y la flora. Los entornos se fragmentan y con
ellos caen y se degradan los ecosistemas. A la tala de árboles le sigue de
inmediato un insidioso proceso de erosión y poco después ocurre una serie de
modificaciones que reducen los bienes y los servicios ambientales, lo cual
sumado propicia la extinción de los animales residentes en la zona.
De un año a otro se derriban 600 mil has de selvas, bosques y otros tipos de vegetación nativa en México equivalentes a la desaparición de un campo de fútbol por minuto. La mayor parte de esta destrucción se justifica aduciendo fines económicos, como destinar tierras a cultivos o pastizales. Se puede afirmar que estos últimos son los enemigos declarados de los ecosistemas. También hay que agregar a la lista los incendios.
De esta manera, tanto la agricultura como la ganadería resultan particularmente destructivas. Adicionalmente, los lagos y los ríos están contaminando el entorno con sedimentos que arrastran con la fuerza de la lluvia y el viento.
De un año a otro se derriban 600 mil has de selvas, bosques y otros tipos de vegetación nativa en México equivalentes a la desaparición de un campo de fútbol por minuto. La mayor parte de esta destrucción se justifica aduciendo fines económicos, como destinar tierras a cultivos o pastizales. Se puede afirmar que estos últimos son los enemigos declarados de los ecosistemas. También hay que agregar a la lista los incendios.
De esta manera, tanto la agricultura como la ganadería resultan particularmente destructivas. Adicionalmente, los lagos y los ríos están contaminando el entorno con sedimentos que arrastran con la fuerza de la lluvia y el viento.
CONCLUSIÓN:
Si bien la civilización ha creado el problema, es también la más indicada
para impedirlo. Su intervención será necesaria para evitar que los mamíferos,
no pasen a convertirse en piezas disecadas dentro de una vitrina de un museo.
REFLEXIÓN.
Se deben prohibir su caza, y que esto sea respaldados por los gobiernos
regionales y federales, sé que existen
leyes que protegen y están en contra de la caza pero se creó que sería
importante que se realizara una campaña masiva para evitar esta situación que
tristemente se está viviendo en México.
BIBLIOGRAFÍA:
Página de
internet:
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